La Secretaría Distrital de Salud fortalece sus acciones de inspección, vigilancia y control (IVC) durante la temporada de Fin de Año, con operativos a establecimientos que comercializan alimentos y bebidas alcohólicas.
Entre el 15 y el 25 de noviembre, los equipos técnicos inspeccionaron 18.639 litros de bebidas alcohólicas, de los cuales 21 litros (0,1 %) fueron destruidos, principalmente por ser identificados como productos fraudulentos (75 %), una de las principales amenazas sanitarias en esta época del año. Paralelamente, se realizaron visitas dirigidas a bares, cantinas, discotecas, depósitos y expendios de bebidas para prevenir riesgos asociados al consumo de licor adulterado.
Durante estos operativos, también se inspeccionaron 5.197 kilos de alimentos, aplicando destrucción a 71 kilos (1,4%), y 1.464 litros de alimentos líquidos, de los cuales 29 litros (2 %) tuvieron que ser desechados. Las principales causas fueron productos alterados o vencidos, así como inadecuadas condiciones de almacenamiento, factores que representan riesgos para la salud pública. En total, se aplicaron 81 medidas sanitarias —entre clausuras temporales y suspensiones parciales— equivalentes al 2,49 % de los establecimientos visitados.
Los operativos hacen parte de un plan intensificado que abarca establecimientos en todas las localidades de Bogotá. Entre 3.244 visitados establecimientos, hasta el momento, se encuentran: restaurantes (28,88 %), panaderías (23,52 %), expendios minoristas (11,10 %) y expendios de bebidas alcohólicas (10,76 %). Estos puntos concentran gran parte de la venta de alimentos y productos de temporada, por lo que son prioritarios para verificar el cumplimiento de las normas higiénico-sanitarias.
Con estos operativos, la ciudad refuerza su compromiso con la salud pública, garantizando que los productos consumidos y adquiridos durante la temporada decembrina cumplan con las normas sanitarias y sean seguros para la ciudadanía, especialmente para niños, niñas y adolescentes.
¿Qué ocurre después de los operativos?
El Laboratorio de Salud Pública de la Secretaría Distrital de Salud es una de las instancias técnicas más especializadas del Distrito, encargada de analizar y confirmar riesgos que afectan la salud de la población. Su labor inicia con la recepción y verificación de muestras de alimentos, bebidas alcohólicas, sustancias químicas y otros materiales que pueden representar un peligro para la ciudadanía, especialmente en temporadas de alto consumo como la de Fin de Año.
En el caso de las bebidas alcohólicas, el laboratorio realiza revisiones físicas detalladas que incluyen la evaluación del etiquetado, sellos de seguridad, tapas y códigos QR. Posteriormente, adelanta análisis químicos mediante tecnologías como refractómetro (índice de refracción) para determinar los grados de alcohol declarados en el producto, posteriormente realiza con tecnologías como el cromatógrafo de gases, que permiten identificar adulteraciones como la presencia de metanol, una sustancia altamente tóxica para la salud, al ser un alcohol de uso industrial que puede causar daños severos al sistema neurológico, ceguera, coma y hasta la muerte.
Frente a los eventos relacionados con pólvora, el laboratorio cumple un papel clave en el diagnóstico oportuno de intoxicaciones, mediante la medición de fósforo inorgánico en suero, conocido comúnmente como fósforo blanco. Sustancia que se encuentra presente en la pólvora como son los totes, martinicas o triqui-traques, entre otros; cuya ingestión causa falla hepática severa que puede conducir a la muerte.
Este análisis se realiza mediante espectrofotometría ultravioleta-visible y es fundamental para orientar la atención médica adecuada mediante la cuantificación de este tóxico, especialmente en niñas, niños y adolescentes, quienes presentan mayor vulnerabilidad por la manipulación accidental o contacto con residuos de estos materiales.
Además de su trabajo para Bogotá, el Laboratorio de Salud Pública brinda apoyo técnico a otras regiones del país e incluso a casos internacionales que requieren análisis especializados. Gracias a esta capacidad instalada, el Distrito fortalece la respuesta ante emergencias sanitarias, contribuye a la vigilancia de riesgos y garantiza decisiones basadas en evidencia científica para proteger a la población.